Como ya comenté en otra entrada sobre los poderes terapéuticos del sonido con el uso del Didgeridoo, esta terapia se puede enfocar a la consecución de varios objetivos:
- Relajarse Global y Segmentariamente.
- Facilitar la meditaciòn
- Aumentar la felicidad
- Mejorar la creatividad y la imaginación
- Mejorar la concentraciòn:
- Mediante el equilibrio de los hermisferios cerebrales y estìmulos de la actividad de las ondas alfas
- Mediante el equilibrio del sistema endocrino y la vibraciòn de las glàndulas hipòfisis y pituitaria. - Aumentar la energìa por estimulaciòn sonora
- Aliviar del estrés y la ansiedad
- Aliviar la sinusitis y los dolores de cabeza
- Mejorar la visión (física, mental)
- Movilizar órganos por vibración.
La actividad que se puede ver en el vídeo va enfocada a la relajación y disfrute del sonido, la vibración y bienestar del alumno.
En este caso podemos ver como en una primera fase el alumno está a la expectativa de lo que pasa a su alrededor. Va sintiendo tanto el sonido como la vibración hasta que en un momento determinado pone el límite donde le molesta y no quiere que suba más.
Por esto, se repite una segunda vez la transición y en esta ocasión sí que se ve al alumno más relajado. Su punto límite varía hasta una zona más pegada a la cara que la vez anterior.
Teniendo en cuenta las características del alumnado, es conveniente repetir este tipo de actividad con el fin de que poco a poco se vayan acostumbrando a la situación y entren en el juego cerrando los ojos, relajando las extremidades, permitiendo que el sonido y la vibración pase por todo su cuerpo...
Igualmente esta actividad se puede realizar en pequeño grupo con inducción previa de forma verbal, bajando las luces y eliminando estímulos externos.
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