El didgeridoo es el instrumento nacional de Australia, y proviene de la zona norte del país, de unos 2000 años de historia, usado en ceremonias shamanísticas de los aborígenes.
El nombre "didgeridoo" es una palabra onomatopéyica, (es decir, basada en el sonido que hace) de invención occidental. En realidad, cada tribu local le tiene un nombre diferente.
Dicen que el didgeridoo tiene poderes terapéuticos. Por tratarse de un instrumento musical largo, se requiere especial cuidado para respirar y poder producir el sonido, que debe vibrar en los labios, y ser continuo. Es una técnica especial que se aprende, llamada "circular breathing", y si no se hace apropiadamente, se marea el intérprete. Se produce una resonancia, repetitiva, de baja frecuencia que puede afectar las mismas vibraciones del cuerpo.
Todo eso, en conjunto, ayuda a la persona a relajarse y a que su mente entre en un estado semi-hipnótico, como de sueño y trance (ondas alfa y theta, que facilitan la creatividad).
Las ondas de sonido del didgeridoo producen vaso-dilatación y relajamiento en los músculos del cuerpo del oyente. El rango de frecuencias está por lo bajo, cerca del infra-sonido (opuesto al ultra-sonido).
Algunos de los modos en que el sonido puede ayudar:
• Relajación
• Meditación
• Encuentro de Paz
• Aumento de Felicidad
• Mejora de la creatividad
• Mejora de la concentración
• Alivio del estrés y la ansiedad
• Relaja y limpia nuestro campo energético
• Alivio de la sinusitis y los dolores de cabeza
• Mejora de la visión (física, mental)
• Fácil acceso a la intuición y a la conciencia superior
• Obtener una mayor capacidad de conexión espiritual
• Mediante el Equilibrio de los hemisferios cerebrales y Estímulo de la actividad de las ondas alfa
• Mediante el Equilibrio del sistema endocrino mediante la vibración de las glándulas hipófisis y pituitaria
• Aumento de la energía por medio de la estimulación del líquido cefalorraquídeo.
La aplicación en el aula va enfocada a propiciar un ambiente de relajación y control de la respiración previo a la actividad. En algunos casos esta actividad puede ser de concentración, autoinstrucciones o atención pero podemos derivarla en actividades de lectoescritura o razonamiento lógico.